Militares rebeldes, molestos con la reorganización del Ejército, toman el
Palacio Presidencial y detienen al presidente y el primer ministro
Un golpe militar ha acabado este miércoles con el Gobierno democrático de Mauritania, al menos de momento. Varios generales que habían sido destituidos de sus puestos en la cúpula militar del país han encabezado una asonada contra el presidente Sidi Mohamed Ould Cheikh Abdallahi, el primer presidente democrático del país, que había llegado al poder en marzo de 2007 en unas elecciones avaladas por la comunidad internacional que supusieron el primer paso en el camino hacia la democracia. La Unión Africana (UA) y la Unión Europea ya ha condenado el golpe de Estado y han pedido la restauración del gobierno democrático.
Capital: Nuakchott.
Gobierno: República.
Población: 3.364.940 (2008 est.)
El jefe de la Guardia Presidencial de Mauritania, el general Mohamed Abdelaziz, que había sido destituido por el presidente esta misma mañana junto a otros generales que formaban la cúpula militar, ha tomado el Palacio Presidencial en Nuakchot, capital del país. Retienen al presidente Abdallahi y al primer ministro, Yahya Uld Ahmed El Waghef, y al ministro del Interior. Los golpistas se han hecho con otros edificios públicos, entre ellos la televisión y la radio estatales, que han dejado de emitir y están rodeados de soldados.
Abdelaziz, hasta el miércoles jefe de la Guardia Presidencial, y los jefes del Ejército, de la Guardia Nacional y de la Gendarmería, han constituido un "Consejo de Estado" al frente del cual se ha situado Abdelaziz, que se ha referido a Abdallahi como "ex presidente". Los cuatro habían sido destituidos esta mañana por Abdallahi de sus puestos en la cúpula militar. Además, ya participaron en 2005 en otro golpe de Estado que derrocó al régimen de entonces y que desembocó en las elecciones de marzo del año pasado, las primeras democráticas en la historia del país. Pese a ello, Abdallahi estaba considerado como un títere de los militares que dieron ese golpe.
Inestabilidad política
Los sucesos son el resultado de varios meses de grave crisis política, agravada recientemente. En mayo, el presidente destituyó al Gobierno, que no supo hacer frente al alza de los precios de los alimentos, y nombró otro, en el que no estaba el principal partido de la oposición y el islamista Tawassoul. El nuevo Gobierno dimitió en bloque en julio antes de someterse a una moción de censura. Además, ayer se produjo una deserción en masa de diputados del partido de Abdallahi, que anunciaron una nueva coalición. Fuentes políticas ya veían la mano de los golpistas en esta espantada.
Ould Abdallahi, de 70 años, era el primer presidente de Mauritania elegido democráticamente desde que el país accedió a la independencia en 1960. Llegó a la presidencia en marzo de 2007, tras una reñida segunda vuelta que los observadores internacionales aprobaron por su transparencia. Sustituyó a la Junta Militar que había derrocado en un golpe de Estado al presidente Muauia Uld Taya, que estuvo al mando entre 1984 y 2005. Sus detractores afirmaban que era el político de aquella junta.
El golpe militar corta por completo el camino emprendido por el país del Magreb hacia la consolidación democrática. Desde que Abdallahi llegó al poder, Mauritania era un modelo democrático en el mundo árabe e incluso Reporteros Sin Fronteras aplaudía su libertad de prensa.
Entre los haberes del presidente figura la ley de septiembre pasado que criminaliza la esclavitud (antes estaba prohibida, pero no se preveían penas de cárcel para los que la practicaban) y la repatriación de los 20.000 mauritanos negros violentamente expulsados a Senegal y Malí hace más de 20 años. Esta operación se había empezado a llevar a cabo con la ayuda del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados. Como uno de los principales focos de la inmigración clandestina hacia Europa, la cooperación con España por resolver el problema se había intensificado en los últimos meses.
Pero el país pasaba por una mala racha económica por tres motivos: el petróleo no da los réditos esperados; la crisis alimentaria golpea con demasiada fuerza y el poco turismo se ha hundido después de la cancelación, en enero, del rally París-Dakar, que era una importante fuente de ingresos de divisas.
Los españoles, tranquilos
La colonia española en Mauritania, compuesta por más de 150 personas, en especial cooperantes y personal de la embajada y sus familiares, se encuentra "bien y tranquilos", según ha informado el Ministerio de Exteriores, que está en "permanente contacto" con la legación diplomática en Nuakchot. La embajada ha explicado que los residentes españoles, están bien: pese a que "se han desplegado militares por las calles de la capital, no se ha oído ni un sólo tiro", han detallado fuentes diplomáticas.
Capital: Nuakchott.
Gobierno: República.
Población: 3.364.940 (2008 est.)
El jefe de la Guardia Presidencial de Mauritania, el general Mohamed Abdelaziz, que había sido destituido por el presidente esta misma mañana junto a otros generales que formaban la cúpula militar, ha tomado el Palacio Presidencial en Nuakchot, capital del país. Retienen al presidente Abdallahi y al primer ministro, Yahya Uld Ahmed El Waghef, y al ministro del Interior. Los golpistas se han hecho con otros edificios públicos, entre ellos la televisión y la radio estatales, que han dejado de emitir y están rodeados de soldados.
Abdelaziz, hasta el miércoles jefe de la Guardia Presidencial, y los jefes del Ejército, de la Guardia Nacional y de la Gendarmería, han constituido un "Consejo de Estado" al frente del cual se ha situado Abdelaziz, que se ha referido a Abdallahi como "ex presidente". Los cuatro habían sido destituidos esta mañana por Abdallahi de sus puestos en la cúpula militar. Además, ya participaron en 2005 en otro golpe de Estado que derrocó al régimen de entonces y que desembocó en las elecciones de marzo del año pasado, las primeras democráticas en la historia del país. Pese a ello, Abdallahi estaba considerado como un títere de los militares que dieron ese golpe.
Inestabilidad política
Los sucesos son el resultado de varios meses de grave crisis política, agravada recientemente. En mayo, el presidente destituyó al Gobierno, que no supo hacer frente al alza de los precios de los alimentos, y nombró otro, en el que no estaba el principal partido de la oposición y el islamista Tawassoul. El nuevo Gobierno dimitió en bloque en julio antes de someterse a una moción de censura. Además, ayer se produjo una deserción en masa de diputados del partido de Abdallahi, que anunciaron una nueva coalición. Fuentes políticas ya veían la mano de los golpistas en esta espantada.
Ould Abdallahi, de 70 años, era el primer presidente de Mauritania elegido democráticamente desde que el país accedió a la independencia en 1960. Llegó a la presidencia en marzo de 2007, tras una reñida segunda vuelta que los observadores internacionales aprobaron por su transparencia. Sustituyó a la Junta Militar que había derrocado en un golpe de Estado al presidente Muauia Uld Taya, que estuvo al mando entre 1984 y 2005. Sus detractores afirmaban que era el político de aquella junta.
El golpe militar corta por completo el camino emprendido por el país del Magreb hacia la consolidación democrática. Desde que Abdallahi llegó al poder, Mauritania era un modelo democrático en el mundo árabe e incluso Reporteros Sin Fronteras aplaudía su libertad de prensa.
Entre los haberes del presidente figura la ley de septiembre pasado que criminaliza la esclavitud (antes estaba prohibida, pero no se preveían penas de cárcel para los que la practicaban) y la repatriación de los 20.000 mauritanos negros violentamente expulsados a Senegal y Malí hace más de 20 años. Esta operación se había empezado a llevar a cabo con la ayuda del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados. Como uno de los principales focos de la inmigración clandestina hacia Europa, la cooperación con España por resolver el problema se había intensificado en los últimos meses.
Pero el país pasaba por una mala racha económica por tres motivos: el petróleo no da los réditos esperados; la crisis alimentaria golpea con demasiada fuerza y el poco turismo se ha hundido después de la cancelación, en enero, del rally París-Dakar, que era una importante fuente de ingresos de divisas.
Los españoles, tranquilos
La colonia española en Mauritania, compuesta por más de 150 personas, en especial cooperantes y personal de la embajada y sus familiares, se encuentra "bien y tranquilos", según ha informado el Ministerio de Exteriores, que está en "permanente contacto" con la legación diplomática en Nuakchot. La embajada ha explicado que los residentes españoles, están bien: pese a que "se han desplegado militares por las calles de la capital, no se ha oído ni un sólo tiro", han detallado fuentes diplomáticas.
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