Relatos

¿Se comerá el Tercer Mundo al primero? (En Polinesia han comenzado con un ejecutivo)


Archivado en (Sociedad) por Octavio Villa el 19-10-2011
elcomercio.es
Stefan Ramin y Helke Dorsch, en unas vacaciones anteriores, en el Caribe
Stefan Ramin y Helke Dorsch, en unas vacaciones
anteriores, en el Caribe
Publica mi buena amiga Rosalía Sánchez en El Mundo una historia de esas que parecen un bulo, pero que, por su reputación y profesionalidad, así como por los datos que aporta, no me queda más remedio que creer.

Stefan Ramin, un consejero ejecutivo de Hamburgo de 40 años parece haber sido el plato fuerte de un ritual caníbal ocurrido en la isla de Nuku Hiva, en la Polinesia. Según su novia, Heike Dorsch, habían llegado en catamarán a esta isla el pasado 16 de septiembre, y Stefan estaba decidido a seguir el camino descrito por Herman Melville, el autor de Moby Dick, en ‘Taipi, un edén caníbal’. Avisado estaba.

Pero a Stefan, como buen occidental, los rumores de prácticas atávicas no parecían preocuparle, al menos no tanto como para ceder ante la descripción de un paraíso virgen para aquellos que logran llegar a la zona conocida como la cazuela de los aborígenes, evocador nombre que supone todo un aviso. Stefan lo logró. Entró directo en la cazuela.

Tres semanas atrás, Stefan Ramin se despidió de su novia y se fue junto a un guía local, Henri Haití, a la que él creía que sería una excitante expedición. Lo fue, pero no para él.
La zona más montañosa de Nuku Hiva, en la Polinesia Francesa.
A Stefan, Haití le había tentado con una supuesta cacería de cabras salvajes, lo que le vendió como una tradición ancestral de la zona más montañosa de Nuku Hiva. Pero la cabra era él. Para más regodeo, el guía volvió y le dijo a la novia, Heiki, que Stefan había sufrido un accidente y necesitaba ayuda. Pero, una vez en el bosque, la encadenó y la violó. Y la abandonó allí. Sin hacerla servir de segundo plato.

Fue gracias a esta circunstancia que se pudo saber el destino de Stefan, porque Heiki pudo así avisar a las autoridades. La primera búsqueda fue infructuosa, pero posteriormente las gestiones de la diplomacia alemana lograron que el ejército se implicase, descubriendo en la zona más montañosa de la isla unos restos humanos calcinados, entre ellos varios huesos, dientes, un amasijo de pelo y las ropas de Stefan.

Varios expertos locales confirmaron que los restos encontrados son los de una víctima reciente de un ritual caníbal del que se pensaba que había sido erradicado de las costumbres de los pobladores de la isla a lo largo del siglo XX.

La alegoría es evidente. Joven ejecutivo occidental de éxito se va a una isla exótica con la confianza un tanto prepotente de quien visita un parque temático y acaba siendo la pièce de résistance en un ritual de los que en occidente vemos como primitivos. El mundo es más grande de lo que occidente piensa.


EN LONG ISLAND, NUEVA YORK
Se opera la nariz con 13 años para evitar el acoso escolar en la Red

El antes y el después de Nicolette en imágenes difundidas por la cadena ABC.News. 

  • De niña, portada de revistas y catálogos, luego se rompió la nariz dos veces
  • En Facebook, se reían de su "gran nariz" y era motivo de burlas constantes
  • Hasta que se empezaron a meter con ella en la red, Nicolette era una niña popular
  • En EEUU, una de cuatro operaciones de cirugía de nariz se realiza a adolescentes
13.10.11 | 05:34 h. INFORMATIVOS TELECINCO
Nicolette Taylor fue imagen de portada de revistas y catálogos. Eso fue antes de que se rompiera la nariz dos veces y tuviera que soportar el acoso diario en la Red. Y es que con 13 años, sus compañeros no dejaban pasar la oportunidad de meterse con la menor y su "gran nariz". Algo que no pasará más. Los padres de Nicolette le han pagado la cirugía estética y ella se muestra feliz con su nuevo aspecto.

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Aunque su madre María Taylor siempre le había dejado a su hija que no se operaría la nariz hasta que fuese mayor de edad, el llanto diario de su hija causado por el acoso escolar que sufría en Facebook le hizo cambiar de idea. Según recoge el diario Daily Mail, María contó en la cadena ABC que en la red social sus compañeros comenzaron a publicar comentarios sobre su hija y su "gran nariz".

Entonces fue cuando los padres de Nicolette llamaron a un centro de estética buscando con ello evitar que su hija, hasta entonces muy popular y activa en la escuela, "se sintiese insegura" y horrorizada con su aspecto.

Tras la operación, Nicolette, la paciente más joven del doctor Sam Rizk, un cirujano de Manhattan, se siente feliz. Cuando vio su nueva nariz, de hecho, lloró de felicidad.

En EEUU, una de cuatro operaciones de cirugía de nariz se realiza a adolescentes.


Africanos del Cantábrico 


Más del 60% de los pescadores de los grandes barcos son inmigrantes, «mano de obra barata» para los armadores
 20/02/2011/ FERNANDO ALLENDE AVILÉS-lavozdeasturias.es
Un pescador africano prepara las redes en el puerto. El temporal azota la costa y los barcos están amarrados. FERNANDO ROBLES
Un pescador africano prepara las redes en el puerto.
 El temporal azota la costa y los barcos están amarrados. FERNANDO ROBLES

El joven pescador senegalés Ousmane Diame resume en una corta frase el impulso que anima a miles de inmigrantes a jugarse la vida en las pateras. “Se trata de morir o tener algo...” Esta mañana hace frío en el puerto. Apura un café en la vieja taberna de la rula de Avilés. Afuera acaba de caer un aguacero. Las redes de pesca se extienden sobre los muelles desangelados. Los barcos están amarrados por el temporal. El invierno castiga a este sector que se ha convertido en un refugio laboral para la inmigración. Más del 60 por ciento de los trabajadores que están en los grandes barcos son extranjeros, según estimaciones oficiosas y entre ellos, hay muchos africanos.

Ousmane no puede ocultar su tristeza. A veces extravía su mirada melancólica por el ventanal. Confiesa que algunos días sueña con Fadiouth, La Isla de las Conchas, a la que se llega desde su pueblo natal de Joal-Sen, en la costa de Senegal, al sur de Dakar. Se trata de una isla que está cubierta por los caparazones de los moluscos. Allí, en los atardeceres, la vida se detiene unos instantes mientras se contempla la puesta de sol y el mundo tiene otro ritmo, otra temperatura, otra música...

Ousmane Diame tiene 35 años. Casado y con tres hijos. Lleva siete en Asturias trabajando en la pesca. Antes estuvo en Santander y Bilbao. Procede de una familia de pescadores. “En Senegal mi abuelo y mi padre, también hacían esto”, declara con orgullo. Su ilusión es ahorrar el dinero suficiente para volver a su pueblo y comprarse un barco. “Allí abunda la pesca. Podría vivir sin problemas”, proclama.

Ahora vive con otros cinco inmigrantes en un piso del barrio del Carbayedo en el que todos están parados y es él quien corre con los gastos del agua, la luz y la comida. Entre ellos está un hermano. Cobra unos 900 euros al mes y casi la mitad la envía a su familia.

Doce hijos en Ghana El padre de Ousmane trabajaba en un atunero español, en las costas de Madagascar. “Conocía a gente y a través de él pude conseguir el visado para venir a España”, explica.

A su lado, John Biney toma otro café humeante. Procede de Ghana. Lleva en España veinte años. Ahora tiene 51. Su primer destino fue Madrid, adonde llegó a comienzos de 1990. Trabajó en la construcción de forma clandestina y otros subempleos. Después se fue a Lérida, donde se ocupó en la agricultura. En 1997 se vino para Asturias y comenzó a trabajar en la pesca. Ahora vive con su hermano en un piso próximo a la vieja rula del puerto. En Ghana dejó “12 hijos que viven con su abuela” y a los que envía cada mes unos 100 euros porque está en paro desde hace tiempo y ahora sólo cobra los 426. “Se me acabó este mes y estoy buscando trabajo. A ver si tengo suerte. No hay nada. Envío curriculos pero no sale nada”, se lamenta. Su último trabajo fue en un barco de Galicia, El Montero, que faenaba durante largas temporadas en los mares de Islandia. Su mujer se marchó dejando a sus hijos con la abuela cuando vio que no podía enviar dinero en la cantidad que solía hacerlo antes de quedarse en paro. “Si yo tengo contrato puedo traer hijos, sin problema”, asegura Biney con esa particular omisión de la sintaxis que utilizan los extranjeros.

Biney se toma la vida con otra filosofía. A su edad apenas piensa ya en el regreso a su país. “Hace un año me dejó la novia que tenía en Avilés. Entonces salía a navegar durante meses a la merluza y se sentía abandonada”, intercala de pronto en su conversación, con una media sonrisa, poniendo otra nota de humor.

A menudo tropiezan con el lenguaje. Sus expresiones son muy simples, pero eficazmente descriptivas. “Johni paga todo, yo paga todo”, comenta Ousmane, siguiendo el diálogo por los derroteros económicos. “La gente de aquí tiene un gasto; nosotros dos gastos”, apoya Biney.

Tanto sólo hace unos momentos, antes de entrar en la taberna, hablamos con Papa Gaye Sow, otro senegalés empleado en la pesca. De los tres es el único que tiene trabajo actualmente. A sus 42 años, con cuatro hijos y una mujer en Senegal, trata de resolver los papeles para traerlos consigo. Está en Avilés desde el año 2008. Vino procedente de Galicia. Ahora trabaja en el pesquero Segunda Romina . Es un tipo jovial que peina una especie de rastas. Sus compañeros bromean con él. “Su nombre es Papagayo”, dicen. Él se ríe con buen humor y enseguida se va con ellos camino del barco, donde realizan algunas labores de mantenimiento.

Mano de obra barata Afuera la lluvia arrecia por momentos. A Ousmane se le entristece la mirada. “La vida que llevamos no es fácil. Los demás te consideran un moreno, no gente de aquí. Si hay una fiesta es fiesta para todos menos para ti. Yo entro en una discoteca y me dicen: un negro no poder entrar aquí. No sé por que nos tratan así. Nosotros no robamos, no pedimos, venimos a trabajar”, se desahoga. John le mira y aprueba con la cabeza.

Los inmigrantes son mano de obra barata para un sector que está en horas bajas, “sobre todo para los barcos que faenan en aguas comunitarias, porque les pagan una miseria”, afirma Dimas García, el presidente de la Federación de Cofradías de Asturias. García subraya que el fenómeno de los inmigrantes en la pesca se da sobre todo en los grandes barcos. No así en las embarcaciones de bajura y las artesanales.

Fidel Álvarez patrón del Esmeralda III, de Cudillero, le da la razón. Está en el caso contrario. Se trata de un barco pequeño en el que trabajan “sólo familiares y dos pescadores del pueblo que también son como familia”, explica el armador.

“Si quiero mantener la actividad del barco tengo que recurrir a los inmigrantes. Este trabajo no lo quiere nadie aquí. Si no fuera por ellos tendría que amarrar”, se justifica el patrón de otra embarcación, que se niega a dar su nombre. En su tripulación la mayoría son indonesios y sudamericanos.

En la cantina se ha hecho un momento de silencio. Alguien ha recordado a Walter Amezquita, el pescador peruano recientemente fallecido en un terrible accidente. Ousmane y John observan pensativos la lluvia.



Pepa y Pepe en Alemania

Publicado el 14-02-2011
teleprensa.es / Inmaculada Reverte
 Algo mal ha debido hacer Alemania, la locomotora de Europa, el espejo en el que siempre nos hemos mirado en cuanto a tecnología continental se trataba, para verse ahora pidiendo personal especializado en ingenierías varias. No son los primeros. Ya antes la enfermería y veterinaria británicas solicitaron profesionales del ramo. Y algo bien habrá hecho España cuando ahora enviamos remesas de excelentes profesionales, con muy buena educación y formación, curtidos en becas Erasmus y Leonardo y con idiomas. Primero fuimos a Gran Bretaña, ahora a Alemania. Y después, donde queramos.

 Sí, podemos ir donde queramos. Porque tras décadas de esfuerzo y tesón común las diferencias entre España y el resto de Europa se han acortado una barbaridad. Se ha cumplido aquella famosa frase de ‘A España no la va a reconocer ni la madre que la parió’, pronunciada por Alfonso Guerra, en 1982. Tan grande fue el giro y rumbo iniciado por el Gobierno del presidente Felipe González que quien ahora se va a trabajar fuera está muy alejado de aquél españolito de los 60 y 70 que se marchaba cabizbajo y asustado, cambiando francos y marcos a 14 pesetas. Hoy somos tan europeos como nuestros vecinos. Hasta hemos dejado atrás nuestra baja estatura y los miramos directamente a los ojos, de igual a igual.

 Nuestros jóvenes hombres y mujeres caminan por el mundo con la cabeza bien alta, preparados para todo. Y no se van porque aquí pasen hambre. Se van porque la España del siglo XXI es valiente y se atreve con todo. Tampoco se van para enviar dinero a sus familias, pues lo mucho que allí ganan merecidamente lo administran para sí y lo disfrutan en buena compañía. Porque vida social por ahí fuera tienen, y mucha. Estos ‘nuevos emigrantes’, como algunos malintencionadamente pretenden hacer ver, no se quedan recluidos en casa a la salida de la humeante fábrica, sino que se mezclan y relacionan a la salida de la oficina, tomando una cerveza y riendo o llorando sobre lo más cotidiano. Quienes se vayan ahora a Alemania sacarán mucho pecho hablando de fútbol y recordando la final de la Eurocopa 2008 y la semifinal del Mundial 2010.

 Para terminar, solo pedir tres favores a todas aquellas personas que ven a España metida en un infinito agujero negro: no quieran volver al pasado, que aquello sí que era oscuro y cutre; dejen de decir lo de ‘Vente a Alemania, Pepe’ con ese fino hilo de mala baba que les sale por los labios, porque los Pepes y Pepas de ahora ya no usan boina y llenan sus maletas con abundante ropa nueva, productos de belleza y un sinfín de aparatos electrónicos con conexión a Internet; y, sobre todo, cambien su actitud, porque jamás el pesimismo ha sido capaz de emprender algo positivo.




Siete de cada diez pobres en el mundo son mujeres

 Alrededor de 1.200 millones personas viven en situación de pobreza en el mundo y el 70% de ellas son mujeres.

 25 Diciembre 2010 - - Servimedia
 Así lo puso de manifiesto Fundación Codespa, para quien esta alta prevalencia de pobreza entre la población femenina responde a una múltiple discriminación por razón de sexo, raza, cultura y etnia, entre otras.

Siete de cada diez pobres en el  mundo son mujeres
 Siete de cada diez pobres en el mundo son mujeres
 Según apuntó esta organización, la discriminación de la mujer se da en ámbitos tan diversos como la economía, la educación, la salud, la participación política y el acceso a la justicia.

 Todo ello repercute en su autonomía, limita sus opciones vitales y condiciona su permanencia bajo la línea de la pobreza, agregó.

 Por tanto, para Fundación Codespa la igualdad de género no es solo una cuestión de derechos humanos y justicia social, sino que representa un factor fundamental a la hora de alcanzar el desarrollo económico, la paz y la democracia en los países pobres.

 De ahí la importancia de sensibilizar a la población sobre dichos problemas, objetivo de la exposición fotográfica que Fundación Codespa ha abierto en el la estación de metro de Retiro, en Madrid.

 La muestra recoge 50 instantáneas de mujeres en los países más pobres de América Latina, y busca concienciar sobre su contribución al desarrollo de sus comunidades.

 Permanecerá abierta hasta el 31 de diciembre y se divide en tres series: la mujer y el desarrollo, la mujer y la familia y la mujer y el trabajo.

 Bajo una mirada positiva, pretende mostrar cómo las mujeres representan un pilar fundamental en dichos ámbitos de la sociedad.



  "No hay razón para impedir a una mujer llevar 'burka" 

ENTREVISTA: MARTHA C. NUSSBAUM Filósofa

elpais.com -J. M. MARTÍ FONT - Barcelona -
 La filósofa Martha C. Nussbaum (Nueva York, 1947) considera radicalmente injusto prohibir el niqab,sea cual sea el argumento con el que se justifique, del mismo modo que tampoco cree que sea justo impedirle a una persona adulta que se someta a una operación genital, con las debidas garantías médicas. Ha sido profesora de letras clásicas en las universidades de Harvard y Brown, y actualmente enseña ética y derecho en la Universidad de Chicago.
Martha Nussbaum, ayer, en el CCCB
Sin abandonar el ámbito de lo académico, Nussbaum no ha dudado nunca en bajar sobre el terreno y polemizar sobre los grandes temas que dibujan el futuro de nuestras sociedades. Su libro India. Democracia y violencia religiosa (Paidós) es uno de los análisis más lúcidos sobre la textura del mundo globalizado, que permite leer todos los presentes a través de un caso específico, que conoce bien gracias a su colaboración con el premio Nobel de Economía Amartya Sen. Ayer pronunció en el Centro de Cultura Contemporáneo de Barcelona (CCCB) una conferencia sobre la libertad de conciencia.
 Esbelta, extraordinariamente bien conservada, corre medias maratones y no elude ningún tema. Sus alumnos no compran periódicos, pero ella prefiere leer en papel con el café matutino. "Internet no es lo mismo porque no te da una cobertura general, solo te da aquello que buscas, y puede que no sea lo que quieres saber", puntualiza.
 La pregunta obligada es sobre el súbito interés de las sociedades europeas en prohibir que unas pocas mujeres se cubran la cara. "Creo que la gente, cuando tiene miedo y se siente insegura, cuestiona la igualdad de los otros", responde. "En Alemania, donde acabo de estar, en ciertos lugares prohíben incluso los pañuelos de cabeza a los profesores de las escuelas públicas, pero permiten que las monjas y los curas usen sus hábitos. En realidad, lo que hacen es decir que se sienten seguros con la gente que conocen y no con los que no conocen, lo que es una tendencia natural de los humanos, pero que no debe permitirse en una democracia. Si uno piensa que todas las personas merecen igual respeto, para mí no hay ninguna razón por la que una mujer no pueda llevar el burka si así lo quiere. Y no me creo el argumento de que la gente no puede mantener relaciones normales si no puede ver la cara del otro. Vengo de una ciudad muy fría y en invierno todos nos ponemos gorros y bufandas que no dejan ver más que los ojos".
 Tampoco le impresiona el argumento de la indignidad que se atribuye al uso del velo, en tanto que denigra a la mujer y la cosifica, e incluso se atreve a debatir las mutilaciones genitales. "Las sociedades deben proteger fuertemente las oportunidades de sus miembros y especialmente de los niños", asegura; "esto significa que cualquier tipo de operación que tenga implicaciones en oportunidades futuras debe prohibirse en los niños. Pero si una mujer adulta quiere someterse a algún tipo de cirugía genital es otra cuestión, que debe considerarse junto a otras cuestiones del grupo mayoritario. En el gimnasio me harto de ver mujeres con cicatrices resultado de peligrosas operaciones de cirugía estética. Lo hacen porque la cultura dominante así lo requiere. En cualquier caso, este es un debate que hay que abordar. Depende de qué tipo de cirugía genital. En cuanto a cubrirse la cabeza, bien, esto lo hacen todas las mujeres, todo el tiempo".





  El síndrome de la mayoría de edad

 Las diputaciones alertan de la falta de recursos para los jóvenes tutelados cuando estos rebasan los 18 años - Asuntos Sociales no los incluye en la renta básica.
  Los jóvenes entran en pisos de emancipación desde los 16 años.
  "Estamos de nuevo en el punto de partida", lamentan las asociaciones.
  Las diputaciones acogen cada vez más grupos grandes de hermanos.

Reportaje: ANIA ELORZA-elpais.com
   Se acercan a la mayoría de edad, la línea invisible que para algunos, los que cuentan con el apoyo económico y social de sus familias, es sinónimo de libertad y para otros significa inseguridad y a veces desamparo. Los jóvenes tutelados por las diputaciones vascas se encuentran a menudo con la dificultad del limitado respaldo que existe para ellos una vez dejan de ser menores.
 Los recursos de acogida de las instituciones forales son muy diversos y específicos para atender a los menores. Sin embargo, no ocurre lo mismo con los de emancipación y los de apoyo a los jóvenes que rebasan los 18 años. Para este colectivo "hay que desarrollar más y mejores programas", defienden desde la Diputación de Vizcaya. El 67% de los menores que están en los centros de esta provincia son mayores de 12 años, una realidad que se puede ampliar a Álava y Guipúzcoa y que demuestra la elevada necesidad de aumentar el apoyo hacia estos jóvenes.
 Antes de que lleguen a la mayoría de edad, la formación y la orientación se dirigen a que puedan ser capaces de emanciparse llegado el momento. La situación en la que se encuentran hace que "con esfuerzos" consigan el graduado escolar. Con 15 años comienzan a recibir formación en módulos de garantía, en programas de capacitación profesional (PCPI), es decir, líneas muy específicas para que aprendan un oficio. A la universidad llegan pocos, pero los hay, sobre todo aquellos que llevan muchos años en el sistema, explican técnicos de la Diputación de Álava. "Para nosotros, el que está en una situación complicada y consigue terminar un módulo de Formación Profesional, es como si hubiese realizado la carrera universitaria más complicada", subrayan.
 Todo porque "lo primero es la estabilidad", explican técnicos alaveses. La sensación de desasosiego y falta de apoyo se acrecienta cuando los menores se acercan a los 18 años: "tienen regresiones por miedo", se rebelan y su comportamiento empeora. Se trata de una especie de síndrome ante la inminente llegada de su madurez en términos legales. Y es que "no cuentan con todo el apoyo social y familiar" de los jóvenes que han crecido en un entorno normalizado.
 El paso previo a la mayoría de edad son los pisos de preparación para la emancipación. Es el simulacro de su independencia, en el que se trabaja por su inserción laboral y social. Los pisos son únicamente para "mayores de 16 años, que presentan gran autonomía y no existe pronóstico de reunificación familiar con la mayoría de edad", explican desde la diputación guipuzcoana. En este territorio, la mayoría de los que se acogen al programa son menores extranjeros, pero los servicios sociales cuentan con pisos diferenciados para adolescentes autóctonos y para extranjeros, ya que sus necesidades son diferentes.
 Desde las tres instituciones forales subrayan que el día en que cumplen 18 años no se quedan en la calle, pero reconocen que no hay recursos suficientes. Sí los hay para hacer un seguimiento y un apoyo tutorial a estos jóvenes. Aunque "algunos se marchan rebotados de los centros", explican, "con el tiempo vuelven" para recibir orientación. Solo algunos -los que cuentan con expedientes de buena conducta- logran entrar en pisos en los que pueden seguir estudiando y viviendo. En Guipúzcoa, por ejemplo, el servicio Lortuz proporciona un techo y apoyo a los jóvenes que se comprometen a seguir programas de formación y de inserción laboral hasta los 25 años.
 La carencia se encuentra en el número de plazas destinadas a estos jóvenes, pero también a la falta de apoyo económico para aquellos que no cuentan con las prórrogas de las diputaciones. La solución a este último problema se encontraba hasta hace escasos días en el nuevo decreto de la Renta de Garantía de Ingresos. Ésta se otorga a mayores de 23 años, pero el Departamento de Empleo y Asuntos Sociales iba a incluir una excepción para abarcar a estos jóvenes desde los 18 años, lo que les aportaría unos ingresos de 7.800 euros anuales. Sin embargo, la medida se ha pospuesto a causa de los recortes, por lo que "estamos de nuevo en el punto de partida", explican desde una de las asociaciones que se encargan de formar a estos jóvenes.  

 Menores tutelados.
 Menores extranjeros, la mitad de la realidad





El islam y nosotros

Hermann Tertsch - abc.es 
UNOS islamistas que residen en Austria emigrados de sus respectivos países porque son un fracaso siniestro y cruel y los estados propios los han sumido en la miseria, se han venido de turistas a Córdoba a ocupar la antigua mezquita que es catedral. Con dinero ganado por supuesto en Austria y quizás alguna subvención de países en los que la conversión al cristianismo se paga con la muerte. Y en los que no se tolera siquiera una ceremonia religiosa cristiana. Y que financian la liquidación de cristianos y la destrucción de una cultura milenaria cristiana en Oriente Medio, África o Indonesia.

Y han montado, muy divertidos ellos, la provocación de insultar a los cristianos y reivindicar la propiedad del recinto cordobés intentando ocuparla y rezando allí a su dios. Su reconquista de fin de semana. Y aquí hay gente que les ríe la gracia. Hay tontos por doquier. Y no me refiero precisamente a los islamistas. La cantidad de cretinos que creen que ese multiculturalismo del presidente del Gobierno lleva a más libertad y no ven que por el contrario es una amenaza creciente e inminente para nuestro sistema de vida es alarmante.

En Austria tenemos mucha experiencia sobre asedios islamistas. En 1683 tuvo que ser un rey polaco, por supuesto católico, Jan Sobieski, quién en un fulminante asalto desde el monte Kahlenberg rompió el asedio turco, es decir entonces islámico, a la capital austriaca. Y gracias a aquello la Europa central quedó libre de un Islam que ha producido muchos sabios, pero que ha sido la ruina absoluta en la edad moderna dada su absoluta incapacidad para crear estados viables, sociedades dinámicas, ciudadanos libres y prosperidad económica. No hay ningún estado en el mundo moderno en el que el Islam haya generado una sociedad medianamente próspera, medianamente libre, medianamente respetuosa hacia los derechos humanos. Los islamistas que viven huidos de sus países y quieran rezar en una mezquita se deben meter en los recintos que aquí tienen y que en sus países no se toleran para el culto cristiano. Y si no, pueden irse a la mezquita de Damasco, una maravilla, en la cual la policía política del régimen sirio los controlará como Dios manda, el suyo o cualquiera.

Como en Poitiers mucho antes se había cortado el avance del Islam desde el sur de Europa, desde España, y Lepanto fue Lepanto, en Viena en el siglo XVII se cortó su extensión desde los Balcanes hacia el corazón de Europa. Y el cristianismo evolucionó y después llegó la Ilustración y los países europeos se hicieron, formaron y construyeron sobre la cultura judeocristiana que después se extendió a América y tantos otros rincones del globo. Y así se creó lo que llamamos generalmente Occidente, la cultura más civilizada y a la vez piadosa, compasiva y fructífera, próspera y libre que jamás existió.

También bajo la catedral de Sevilla había una mezquita. Y en tantos otros sitios hubo mezquitas convertidas en catedrales como antes iglesias visigodas cristianas habían sido convertidas en mezquitas. Y sus creyentes cristianos degollados o trasladados como esclavos para siempre lejos de sus hogares. Ya está bien de esa majadería que propagan socialistas, Junta de Andalucía, Alianza de Civilizaciones que nos cuesta un dineral y las simplezas del presidente del Gobierno sobre el idilio multicultural de Al Andalus. Si existió armonía en algunos breves periodos, fue el islam el que, con sus diferentes facciones enfrentadas, se ocupó de destrozarla. Y fue en todo caso irrelevante para la posterior historia en la que el Islam en su política de expansión quiso dominar a Europa para destruir su espíritu, su carácter y su libertad. Hoy estamos en lo mismo. Una propuesta para todos. Hagamos una recolecta pública de fondos para construir una catedral en Riad del tamaño de la mezquita que hay en Madrid en la M-30 financiada por Arabia Saudí. Pidamos la creación de un centenar de capillas en aquel país o cualquier otro en países árabes, una cifra razonable ante la proliferación de mezquitas en Europa donde se predica el odio a toda nuestra sociedad y nuestros principio. O recuperamos el espíritu de Sobieski o pasado mañana nuestras nietas serán apaleadas o lapidadas por no cumplir la sharía, la ley islámica


Prejuicios racistas hacia los "menas" 
Por Cesar Manzanos, Doctor en Sociologia y Profesor en la escuela de Universitaria de Trabajo socia de Alava - Martes, 2 de Marzo de 2010

Para entender por qué se están instalando en nuestra sociedad ciertos prejuicios hacia un determinado grupo social hemos de comenzar por saber cuál es la imagen que se ha construido sobre ese colectivo, quienes la han construido y con qué intencionalidad. En el caso de la juventud extranjera desprotegida, el imaginario colectivo se ha edificado en torno a tres conceptos asociados: menores, extranjeros, no acompañados (menas). Y podemos observar que la imagen construida en torno a estos tres términos es del todo imprecisa, relativa, parcial y, por tanto, tendenciosa e inadecuada. Por ello vamos a poner en solfa cada uno de estos tres términos, en el origen de los estereotipos. Por lo que se refiere a la categoría de menor, es un concepto político-jurídico que hace referencia a las personas sobre las cuales la administración tiene la obligación temporal de ejercer la tutela cuando son menores de 18 años.

Pero por encima de todo, lo que otorga sustantividad a su realidad es que son niñas y niños adolescentes y jóvenes en situación de desventaja social, independientemente de su edad. Por tanto hemos de ir más allá de una óptica estrictamente jurídica, y por tanto reduccionista, que estigmatiza a estos jóvenes instalando en la sociedad la sospecha de ser defraudadores de la ley. Además, ellos han madurado psicológicamente antes, han tenido que aprender a asumir responsabilidades, a funcionar autónomamente, a buscarse la vida mucho antes, por lo que en muchos casos han madurado de un modo muy distinto que la infancia, adolescencia o juventud de las culturas de nuestros países enriquecidos. En cuanto al adjetivo calificativo no acompañado, es aún más relativo y su uso nos confunde más que aportarnos luz sobre la realidad social de la que estamos hablando y a la que queremos dar respuestas.

El estereotipo creado es que cuando hablamos de los menas nos referimos a chicos adolescentes, procedentes de países no comunitarios -principalmente de África y en menor medida del Este de Europa- que hacen el viaje para llegar aquí de forma ilegal y sin un familiar directo que en calidad de tutor les acompañe.

Pero los estudios apuntan a la heterogeneidad y diversidad de situaciones. Así, por ejemplo, descubrimos que la mayoría de ellos, acompañados no por sus tutores, sino en grupos que denominamos bandas o con otros adultos, como en el caso de las pateras. En muchos casos vienen con referencias de con-nacionales y familiares que nosotros consideramos en nuestro esquema etnocéntrico de parentesco lejanos, pero que en sus culturas no lo son. Son escasos los casos de familias que tienen la expectativa de compartir el proyecto migratorio una vez de que se hayan asentado y, sin embargo, el argumento racista para justificar la repatriación y la necesidad de frenar la inmigración de los etiquetados como menores no acompañados es que son utilizados como avanzadilla, para luego reagruparse su familia una vez que el menor haya conseguido la regularización de su situación.

También en su país de origen las situaciones eran heterogéneas: en algunos casos estaban escolarizados y no trabajaban; más frecuentemente no estaban escolarizados y hacían vida en la calle sin trabajar; otros proceden de familias en situación de precariedad económica y en algunos casos también estaban separados de su núcleo familiar debido a diversas circunstancias. El estereotipo que utilizamos para construir su perfil hace referencia a quienes están institucionalizados, es decir, visibles y en contacto por los sistemas institucionales formales, pero existe una cantidad importante de infantes, adolescentes y jóvenes no registrados en situación de desamparo, de abandono social y, en no sabemos cuántos casos, de explotación. Por último, en cuanto a la tercera categoría extranjeros, es quizás la que más claramente desvela su condición impuesta por nuestras sociedades de llegada, por nuestras instituciones, por partidos políticos y medios de comunicación que generan una determinación legalista, políticamente interesada, donde no prima la categoría de extranjeros como situación transitoria con el objetivo de facilitar el proceso para que lleguen a ser nacionales, sino muy al contrario.

El objetivo es crear prejuicios, dispositivos políticos, legislativos y policiales para limitar e impedir su proceso de incorporación social y buscar por todos los medios su expulsión. Una de las condiciones para poder conseguir la regularización es permanecer oculto el mayor tiempo posible, para lo cual recurren a estrategias diversas: movilidad geográfica, evitar el contacto con instituciones, cobijarse al amparo de con-nacionales, dejarse utilizar y maltratar por mafias nacionales, huir del centro antes de cumplir los 18 años para no ser repatriados, etcétera. Esto les condena a internalizar una actitud constante de clandestinos bajo sospecha. Lo que sí tiene en común esta juventud extranjera desprotegida es que, dentro de su heterogeneidad, provienen en muchos casos de situaciones sociales, familiares y personas deterioradas, donde han sido vulnerables y excluidos, y su situación en nuestro país se reproduce, con una amenaza constante de expulsión, persecución policial o etiquetamiento mediático y de exclusión social.

 Y tienen también en muchos casos el rasgo común del objetivo claro de conseguir los papeles para poder residir y trabajar legalmente. No tienen nada que perder; lo peor que les puede pasar es que les devuelvan a su lugar de origen, y una parte importante tiene claro que intentarán regresar de nuevo. Muchos regresarán con más contactos con compatriotas y, sobre todo, con mayor conocimiento de cómo funciona nuestra sociedad, aunque otros quizás no vuelvan a tener la suerte de sobrevivir de nuevo a la travesía en patera