EFE. PALMA
El Govern balear ha manifestado hoy su "profundo" rechazo a la violencia machista, después de que este fin de semana muriera asesinada una mujer en Calvià a manos de su marido, la primera de la comunidad y la séptima del Estado, lo que deja una cifra media "insoportable" de dos muertes por semana.
Ocurría en Calvià (Mallorca). Bartolomé Verger Cabrer de 86 años, presuntamente asesinaba de un tiro en la cabeza a su mujer, María Jesús Rufas Gravisado, de 74 años. Quizá él no podía soportar la enfermedad de ambos y acabó con la vida de su mujer en un acto de pretendida “caridad” (el machismo muchas veces piensa de esa forma: “¿qué va a hacer ella sin mi?”. Él, el hombre, decide si merece la pena vivir o no). Posteriormente mató al perro de ambos y acto seguido se disparó con la misma arma, muriendo al instante también.
"Numéricamente es insoportable y humanamente es intolerable", ha subrayado en declaraciones a los periodistas la consellera de Asuntos Sociales balear, Fina Santiago, tras participar en el minuto de silencio que consellers y funcionarios autonómicos han guardado esta mañana ante las puertas de la sede del Govern.
Santiago ha lamentado la muerte de María Jesús Rufas -"una mujer muerta por el simple hecho de que un hombre decidió que no viviera", ha remarcado- y ha reconocido que luchar contra esta "lacra social" es "muy difícil".
"Pero esto no nos ha de provocar una actitud de resignación y tenemos que seguir luchando", ha incidido la consellera, que ha insistido en la necesidad de educar en igualdad y de que las mujeres que están en situación de peligro denuncien y pidan ayuda a la familia y a la administración.
Aunque ha admitido que cuando hay un nuevo asesinato, más aún en el primer mes del año, como es este caso -que ha coincidido con la muerte de otras dos mujeres en Jaén y Ciudad Real-, se produce una sensación "de impotencia tremenda", ha pedido a la sociedad que no lo vea como una rutina y siga luchando.
El que es el primer caso de violencia machista de este año 2011 en Baleares se descubrió el sábado, cuando María Jesús Rufas, de 74 años, y su marido, de 86 años, que llevaban unos 50 años casados, fueron encontrados sin vida, sentados en sendos sofá con impactos de bala en la cabeza.
La pistola estaba en mano del marido, ella, sentada a su lado, tenía un agujero de bala en la nuca y, junto a ellos, yacía su perro muerto de otro disparo.
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