EL DRAMA DE LA INMIGRACIÓN
elpais.com /ROCÍO ABAD / JOSÉ MARÍA JIMÉNEZ GÁLVEZ
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Llega a Melilla una patera con una treintena de inmigrantes subsaharianos
- ESPECIAL Inmigración irregular
Los soldados marroquíes trasladaron a los inmigrantes que pretendían cruzar a Ceuta a nado. /JUAN MEDINA (REUTERS) |
Cuatro jóvenes subsaharianos han llegado a Ceuta a nado desde Marruecos en las últimas horas. Y lo han hecho bordeando el espigón fronterizo de Benzú, en la bahía norte de Ceuta, donde en la última semana se ha producido una gran concentración de inmigrantes, según los datos que las autoridades marroquíes han comunicado a la Delegación del Gobierno, que los cifra en torno a unas 700 personas.
Los cuatro nadadores sortearon el espigón fronterizo tras burlar la vigilancia de las fuerzas marroquíes, que sí consiguieron retener a un grupo mayor, de unas 50 personas, que pretendía cruzar corriendo por el paso de Benzú, que no esta habilitado para en tránsito de personas y tampoco de mercancías. Es mucho más pequeño y está custodiado por una pequeña dotación de la Guardia Civil. Por este paso, fronterizo con el pueblo marroquí de Beliones, sólo pasan los vecinos del barrio español de Benzú para ir al cementerio musulmán y los escolares marroquíes que están matriculados en el colegio Ruiz Picasso.
Estos cuatro inmigrantes son los primeros subsaharianos que llegan a nado a Ceuta después de la tragedia del 6 de febrero, aunque apenas dos días después de aquello un argelino lo consiguió al llegar nadando hasta la playa de la Almadraba, cerca de Tarajal. Iba con un traje de neopreno para protegerse del frío. Otros subsaharianos han conseguido entrar en Ceuta burlando a guardias civiles o policías, al menos 5, desde el 6 de febrero, y se supone que escondidos en coches que pasaron la frontera.
El espigón de Benzú es mucho más difícil de sortear que el ya tristemente famoso de Tarajal, aunque no hay mucha distancia entre la zona marroquí y la española. Esta situado frente al Estrecho de Gibraltar, en una zona donde las corrientes marinas son mucho más fuertes y la temperatura del agua es más fría que en la bahía sur. Por este motivo los inmigrantes no lo suelen intentar con frecuencia y menos en invierno. Ahora que en la zona de Tarajal se ha incrementado la vigilancia y se ha reforzado la presencia de la Guardia Civil, los inmigrantes se han desplazado hasta el otro extremo del perímetro, a unos 8 kilómetros del Tarajal, a probar suerte
Una patera llega a Melilla
A casi 400 kilómetros de Ceuta, en la Comandancia de la Guardia Civil de Melilla, han saltado las alarmas a las seis y media de la mañana. Un grupo de 32 subsaharianos -31 hombres y una mujer- ha logrado entrar con una patera en el enclave español. Los servicios de vigilancia, según ha informado el instituto armado, han observado cómo una zódiac desafiaba el fuerte temporal que azota el Estrecho este domingo -con vientos de fuerza ocho- y se dirigía hacia la ciudad autónoma. “Con este mal tiempo, han puesto en riesgo sus vidas y la de los agentes que han ido en su rescate”, ha recalcado Juan Antonio Martín, portavoz de la Benemérita.
Porque, tras recibir la alerta, una lancha del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) ha salido a su encuentro, interceptándolos en pleno mar. Al verlos llegar, seis inmigrantes se han lanzado al agua. Y los agentes se han tirado también para rescatarlos. Pero no ha resultado fácil. Cuando los han conseguido subir de nuevo a la neumática, uno de los ocupantes -identificado después como el presunto patrón- ha sacado un cuchillo y ha rajado la patera.
“También lo ha intentado sin éxito con la nave de la Guardia Civil”, ha explicado el representante del instituto armado. Una vez reducido este hombre, los agentes han remolcado hasta Melilla a los subsaharianos, de los que solo la mitad llevaba chaleco salvavidas. En el puerto deportivo, donde permanece la embarcación con zapatos y ropa flotando en el agua que se ha colado en su interior, los voluntarios de Cruz Roja han atendido a los sin papeles. Cinco de ellos presentaban síntomas de hipotermia y se les ha traslado al Hospital Comarcal. El resto han ingresado en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI).
La llegada de esta patera, procedente de una playa marroquí, se ha producido en mitad de un fuerte temporal marítimo. El intenso viento sacude desde la noche la ciudad autónoma. Esta situación ha obligado a suspender las comunicaciones marítimas con la Península, ya que resulta imposible que lleguen los buques. Por ello, la Guardia Civil ha querido hacer hincapié en cómo “las mafias” ponen en peligro la vida de los subsaharianos. Además, tras el operativo, cuatro de los buzos han requerido atención médica por contusiones.
Varias pateras han conseguido acceder a Melilla desde comienzos de año. Aunque, ahora, la mayor presión migratoria gira en torno a la valla fronteriza, que ha registrado tres entradas masivas en menos de dos semanas. La última sucedió el pasado viernes, cuando 214 personas lograron superar la verja y dirigirse al CETI. Una instalación colapsada que, con apenas 472 plazas, acoge actualmente a más de 1.300 ocupantes.
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