2008/11/16

La bonanza no repercute, la crisis sí

C. A.| SEGOVIA

Hace escasos días, la Fundación Foessa (Fomento de Estudios Sociales y de Sociología aplicada) hacía público a través de Cáritas España el último informe sobre la pobreza en España, correspondiente al último decenio. Los resultados constatan que a pesar del crecimiento económico sostenido que se ha registrado en España en este periodo de tiempo, los índices de desigualdad y pobreza apenas de han reducido. Es más, los niveles se han mantenido constantes a lo largo de los diez años, a espaldas del proceso de extraordinaria generación de riqueza que el país ha vivido. Quiero esto decir que los más pobres no se han beneficiado de la bonanza económica; sin embargo, son los primeros damnificados de una crisis de imprevisibles consecuencias.
El informe revela que la pobreza sigue afectando a una quinta parte de los hogares españoles, y en la estructura social española permanece enquistado, además, un segmento de pobreza extrema que afectaría a entre un 2,6% y un 4% de la población. Además, la exclusión social es una realidad constatada en más de un 17% de los hogares españoles, y que las situaciones de exclusión severa afectan a un 5,3% de los hogares.
También revela el estudio que la pobreza ha adoptado en los últimos años otras manifestaciones o formas que afectan a sectores de la población que parecían haber superado situaciones de riesgo. Es el caso de los ancianos o de los niños. Uno de cada cuatro niños vive con rentas que se sitúan por debajo del umbral de la pobreza

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