La mujer, de 59 años, yacía en la cama y aparentemente no presentaba signos de violencia, mientras que su esposo, de 58, fue encontrado ahorcado
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Los vecinos de Santa Pola se despertaron ayer conmocionados. Sobre las 9.30 horas de la mañana, fueron encontrados los cuerpos sin vida de un matrimonio en su vivienda, situada en una de las vías más transitadas de la localidad. Al parecer, fue el yerno quien dio la voz de alarma. La mujer, de 59 años, yacía en la cama y no presentaba aparentes signos de violencia. Su marido, de 58, estaba ahorcado. La Guardia Civil, que se ha hecho cargo del caso, mantenía anoche abiertas las pesquisas, sin que los investigadores descartasen ninguna hipótesis sobre las circunstancias en las que se produjeron las muertes. Los resultados de la autopsia serán claves para determinar las causas de este suceso y si éste responde o no a un posible caso de violencia de género.
Al parecer, el matrimonio tenía dos hijas, que estaban casadas y también vivían en Santa Pola. Uno de los allegados encontró los cuerpos tras acudir al domicilio, ubicado en una cuarta planta de una urbanización en el número 12 de la avenida Portus Ilicitanus. Se había desplazado hasta allí porque desde hacía varios días la familia no sabía nada de ellos.
Hasta el lugar de los hechos se desplazó una unidad del Servicio de Atención Médica Urgente (SAMU), cuyo personal únicamente pudo confirmar ambas defunciones, según indicaron fuentes del Centro de Información y Coordinación de Urgencias (CICU). Los cadáveres fueron trasladados por orden judicial al Instituto de Medicina Legal de Alicante, donde serán examinados por los forenses, mientras agentes de la Guardia Civil permanecían en la zona tratando de recabar los datos necesarios para esclarecer los motivos del trágico suceso. Las diligencias judiciales del caso las lleva un juzgado de Elche, mientras que la investigación ha recaído en la Policía Judicial del cuartel de la Guardia Civil en Santa Pola.
Pese a que el matrimonio no era natural de la villa marinera, fuentes vecinales precisaron que llegó hace más de 30 años al municipio. De ahí la conmoción y consternación entre los residentes. «Les conocía desde 1985 y eran buenas personas. Ella estaba enferma y tomaba medicación porque le dolía la espalda, y su marido era un buen mecánico de motor de barcos», señaló a Efe un vecino, quien relató que se había enterado de la noticia tras ver por la mañana a las dos hijas de los fallecidos «llorando en el portal».
Una inquilina de la misma urbanización afirmó que no escuchó nada raro procedente de la vivienda del matrimonio y señaló que la mujer tenía «problemas en la pierna».
Los responsables de la autopsia tratarán de buscar restos de fármacos en los cadáveres, por si la ingesta de algún medicamento guardase relación con las muertes. Los investigadores examinaron ayer a conciencia los cuerpos sin vida. En el caso del varón, encontrado ahorcado, todo apunta a que pudo suicidarse, mientras que ahora queda por dilucidar cómo falleció su esposa y si el marido, de un modo u otro, tuvo algo que ver en ello.
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