2008/08/11

Más de 7.000 historias trágicas

La tribuna de Albacete
La llegada de inmigrantes a las costas españolas no cesa. Está claro que a pesar de las continuas declaraciones de intenciones por parte, sobre todo del Gobierno Central, encaminadas a intentar controlar la situación en los países de origen, lo cierto es que la tragedia se sigue viendo día a día, en forma de muertes o de personas que llegan al borde de ella, entre los que se encuentran bebés y mujeres en avanzado estado de gestación y a las que una posible vida mejor les lleva a embarcarse en la aventura de cruzar el Estrecho.Un total de 7.165 inmigrantes han llegado a España en patera en lo que va de año. Una cifra dramáticamente alta que esconde otras tantas historias desesperadas de quienes abandonan sus países para buscar un futuro mejor con la responsabilidad añadida de intentar mejorar también las condiciones de quienes se quedan en sus países de origen.A pesar de que las estadísticas siguen provocando escalofríos, lo cierto este número ha disminuido con respecto a años anteriores. Casi 8.000 inmigrantes llegaban a España en los primeros siete meses del pasado año, mientras que en 2006 éste número llegaba nada más y nada menos que hasta los 17.433 todo un triste récord.Una de las cuestiones más importantes de esta realidad es que un total de 171 patrones de estas embarcaciones se encuentran encarcelados en prisiones españolas. Sólo son, también hay que reconocerlo, la punta del iceberg de unas mafias internacionales que consiguen con este tráfico humano sustanciosas sumas de dinero engañando y arriesgando la vida de sus compatriotas.Siempre se ha insistido en ello, pero realmente la verdadera lucha no se encuentra interceptando pateras en alta mar, que también por supuesto han de ser controladas con el pertinente rigor, si no en estas organizaciones que cuentan normalmente con ciertas concesiones por parte de algunos de los países en los que residen.La secretaria de Estado de Inmigración, Consuelo Rumí, recalcaba esta semana que el elemento de la disuasión a la hora de emprender el viaje, las repatriaciones de quienes llegan en estas circunstancias y, además, las estrictas medidas que se aplican en España sobre la contratación de trabajadores, (menos posibilidades de encontrar un puesto de trabajo de forma clandestina), han sido tres de los elementos fundamentales para iniciar, aunque sea tímidamente, el control de la llegada de inmigrantes a este país a través del mar.Aunque todavía, sin duda, queda mucho esfuerzo que dedicarle a esta triste realidad.

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