Siguen llegando cayucos a las costas canarias
abc.es
Inasequibles al desaliento ante la crisis que sacude nuestro país, y todavía más indiferentes respecto del destino incierto al que envían a sus víctimas, las mafias de la inmigración siguen embarcando, y embaucando, a cientos de desgraciados a los que enfilan rumbo a las Islas Canarias con pasaje hacia un sueño que ya no lo es tanto. Así puso proa hacia Tenerife el penúltimo de los cayucos, con 62 ocupantes, menores incluidos, y así arribó a la playa del Duque, en el municipio de Adeje, con sus pasajeros ateridos de frío y medio deshidratados (en la imagen superior, atendidos por la Cruz Roja). Un viaje para el que no ha habido que rebuscar en el diccionario evitando utilizar la palabra tragedia; esta vez no ha habido madres arrojando a sus bebés muertos por la borda ni imágenes de supervivientes y cadáveres flotando entrelazados en el vientre inundado de una de esas barcazas del horror. Pero volveremos a ver y a escribir sobre ello. Porque nuestra pesadilla económica sigue siendo un sueño para ellos, y la incapacidad de nuestros gobernantes -nacionales y europeos- para acabar con las mafias, manifiesta y lamentable.
Inasequibles al desaliento ante la crisis que sacude nuestro país, y todavía más indiferentes respecto del destino incierto al que envían a sus víctimas, las mafias de la inmigración siguen embarcando, y embaucando, a cientos de desgraciados a los que enfilan rumbo a las Islas Canarias con pasaje hacia un sueño que ya no lo es tanto. Así puso proa hacia Tenerife el penúltimo de los cayucos, con 62 ocupantes, menores incluidos, y así arribó a la playa del Duque, en el municipio de Adeje, con sus pasajeros ateridos de frío y medio deshidratados (en la imagen superior, atendidos por la Cruz Roja). Un viaje para el que no ha habido que rebuscar en el diccionario evitando utilizar la palabra tragedia; esta vez no ha habido madres arrojando a sus bebés muertos por la borda ni imágenes de supervivientes y cadáveres flotando entrelazados en el vientre inundado de una de esas barcazas del horror. Pero volveremos a ver y a escribir sobre ello. Porque nuestra pesadilla económica sigue siendo un sueño para ellos, y la incapacidad de nuestros gobernantes -nacionales y europeos- para acabar con las mafias, manifiesta y lamentable.
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