Los marroquíes alojados en el Materno proceden de dos barrios de esa ciudad.
El Principado planea abrir allí un centro residencial, con formación ocupacional.
Elena FERNÁNDEZ-PELLO
El perfil de los menores acogidos en el Centro Materno Infantil de Oviedo ha cambiado en estos dos últimos años y corresponde al de un varón marroquí entre 15 y 17 años. La Consejería de Bienestar Social ha constatado que la mayoría de ellos proviene de dos barrios de Tánger. Su propósito una vez en España es encontrar empleo: se ponen en contacto entre sí por teléfono y se aconsejan sobre el lugar donde serán mejor recibidos. Asturias parece ser uno de los destinos más valorados entre estos muchachos, que, según el portavoz de la Consejería y en contra de lo que podría pensarse, no siempre son niños de la calle. Muchos provienen de familias de clase media y han huido impulsados por un espíritu de aventura adolescente con el sueño de hacerse hueco en el Primer Mundo. Por la unidad de primera acogida del centro del Parque de Invierno pasaron el año pasado 107 menores, según datos de la Administración, y de ellos 69 eran marroquíes. Se alojaron también 26 españoles y algunos otros extranjeros, pero en un número mucho inferior. Con las cifras en la mano y ante las protestas de una parte del personal que se queja de la masificación y la dificultad para imponer autoridad entre los residentes, la Consejería ha reforzado la plantilla, ha derivado a parte de los niños a otros centros y ahora se plantea trabajar con los menores marroquíes tentados por la inmigración ilegal en su lugar de origen. Bienestar Social sopesa llevar a cabo varios proyectos en Tánger. Para empezar, los servicios sociales realizarán un «trabajo de calle» con las familias con objeto de concienciarlas de los riesgos de la inmigración ilegal. Más adelante está previsto organizar cursos de formación ocupacional para los muchachos e, incluso, crear una residencia en Tánger. Desde la Consejería se indica que muchos chavales han escapado de sus casas con 11 o 12 años, están desvinculados de sus familias y para ellos puede ser útil un alojamiento donde también aprendan algún oficio. El desarrollo de estas iniciativas, que aún están por concretar, se realizaría en el marco de un acuerdo de colaboración entre los gobiernos de España y Marruecos y dentro del ámbito de un proyecto de cooperación que la Agencia Asturiana de Cooperación desarrollará durante los próximos cuatro años en el Magreb. La Consejería de Bienestar Social tiene noticias de una experiencia similar en Cataluña que, según sus noticias, «está dando buenos resultados», y se ha animado a seguir su estela. La intervención en Tánger es la iniciativa más innovadora de las que la Consejería de Bienestar Social tiene en cartera para atajar el problema de saturación que afronta la unidad de primera acogida del Materno Infantil. Este mismo mes está prevista la presentación del «Programa de atención integral para los menores no acompañados», que debería servir para poner al día el sistema de acogida. Aún no está claro qué pasará con el anunciado centro en Meres ni si se seguirá enviando niños a la residencia del Fundoma que gestiona la Asociación Hogar San José. Los primeros nueve menores marroquíes traslados del Materno Infantil al Fundoma ya han sido derivados a otros servicios asistenciales, en los que serán atendidos de acuerdo a su situación personal. En unos casos recibirán asistencia médica o psiquiátrica -hay un alto porcentaje de adictos a los inhalantes y de consumidores de hachís- y todos serán escolarizados o recibirán formación ocupacional en el caso de que tengan más de 16 años. Lo que queda absolutamente descartado, se subraya desde la Consejería de Bienestar Social, es crear algún centro específico para acoger a menores inmigrantes no acompañados. «Nunca hacemos centros específicos para extranjeros», afirman. Los responsables políticos de este servicio reconocen la «enorme profesionalidad» y la sensibilidad de los trabajadores del Materno Infantil con estos niños, con un perfil muy distinto del habitual hasta hace unos años en los centros de acogida asturianos
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