2009/05/13

«Yasmín se fue apagando en mis brazos minuto a minuto»

Un vecino de Irun que auxilió a la víctima relata los últimos instantes en la vida de la mujer asesinada. Recibió una única cuchillada que le afectó a una arteria.

DV.diariovasco.com
Serían las cuatro y media de la madrugada. Tal vez, las cinco menos cuarto. Gorka regresaba a su casa, en Irun. Había estado en Donostia. «Iba en mi coche. Vi a una mujer tendida en el suelo y cerca de ella a dos hombres peleándose. Fui a socorrer a a la víctima. Entonces no sabía que era Yasmín. Aún estaba consciente. Traté de animarla, pero se iba apagando en mis brazos minuto a minuto. Cuando se la llevaron en la ambulancia, yo creo que había fallecido», relató Gorka.
Este joven irunés fue testigo de los últimos instantes en la vida de Yasmín Zamira Rodríguez, de 37 años, la mujer de nacionalidad colombiana asesinada por su ex marido el fin de semana en la ciudad fronteriza.
Gorka no es en realidad su verdadero nombre, pero el testigo prefiere no revelar su identidad. No quiere sentir el acoso de los medios de comunicación. «Hice lo que estimé que tenía hacer, lo que cualquier otro ciudadano hubiese hecho en mi lugar», relató ayer a este periódico.
Gorka narró algunos de los dramáticos instantes que rodearon la muerte de Yasmín. Todo comenzó en torno a las cuatro y media de la madrugada del sábado. «Yo regresaba a casa. Había estado en Donostia. Al llegar a la avenida Letxumborro, vi que había dos coches parados en la carretera. En un primer momento creí que se trataba de un accidente de tráfico y llamé a la Policía de Irun», explicó la testigo.
Gorka descendió de su automóvil con el propósito de auxiliar a las víctimas. «Había una mujer en el suelo y algo más alejados se encontraban dos hombres que se estaban peleando. En aquellos instantes pensé que eran los conductores de los dos coches implicados, que se estaban pegando por el siniestro en sí. Fue más tarde cuando supe que los implicados eran Juan Pablo Urtizberea, que había acudido en auxilio de la víctima, y el presunto autor», relató.
Gorka, siempre en la creencia de que los dos hombres se hallaban inmersos en una trifulca entre conductores, optó por desentenderse de ellos y auxilió a Yasmín. «Cuando llegué junto a ella, estaba consciente. Al principio, yo no sabía que le habían agredido con un arma blanca. La víctima tenía sangre por la parte de la cabeza, pero creía que era por el golpe entre los coches», señaló.
Sin embargo, el testigo no tardó en darse cuenta de que los hechos nada tenían que ver con un accidente. «Yasmín estaba con una amiga que se encontraba muy alterada por lo sucedido. Decía: 'Ese hijo puta le ha matado'. Yasmín le decía algo a su amiga, pero con los gritos y los nervios no recuerdo sus palabras».
Huida del agresor
El testigo recuerda que la pelea entre Urtizberea y el presunto homicida no duró mucho. «En un momento, cuando volví a mirar hacia ellos, el autor del crimen había huido y Urtizberea estaba en el suelo».
Gorka no se separó de Yasmín ni un instante. Sólo se apartó cuando llegaron las asistencias sanitarias. «Estuve en todo momento junto a ella. Traté de animarle. Le tapé con una especie de cazadora que me proporcionó un agente de la Guardia Municipal que se desplazó al lugar».
El tiempo, sin embargo, corría en contra de la víctima. «Cada minuto que pasaba, Yasmín se iba apagando cada vez más. Cuando llegaron las ambulancias, ya nada se podía hacer, creo que estaba ya muerta», relató el testigo.
Una única herida
Yasmín Zamira Rodríguez presentaba una única herida por arma blanca, a la altura de su clavícula. El arma empleada en el crimen afectó a una arteria que provocó una hemorragia que fue la que finalmente desencadenó su fallecimiento.
Fuentes médicas consultadas indicaron que cuando la víctima fue trasladada al servicio de Urgencias del Hospital Comarcal del Bidasoa ya había fallecido.
El presunto autor del homicidio, Enrique San Clemente, fue conducido ayer ante el titular del Juzgado de Guardia de Irun, al objeto de que prestara declaración. Tras esta diligencia, la autoridad judicial decretó para el inculpado prisión incondicional sin fianza. Agentes de la Ertzaintza condujeron a primera hora de la tarde al detenido a la prisión de Martutene.
Juan Pablo Urtizberea, entre tanto, se recupera de las lesiones que sufrió. Fuentes sanitarias indicaron que la víctima abandonó ayer por la mañana la Unidad de Cuidados Intensivos y fue trasladado a una habitación del hospital comarcal.

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