María tienen 32 años, está embarazada de 5 meses y lleva meses de baja por depresión. Creció escuchando: "eres una inútil", "no sirves para nada", "no te mereces mi cariño" "no te mereces mi respeto", "no te quiero". Frases que sigue escuchando en su cabeza. No quiere al padre de su hijo, no quiere a sus padres, no se quiere a sí misma. Está divorciada, vive con sus padres y su hijo de 9 años, él es lo único que le hace vivir. "¿Hasta cuándo, para qué, por qué?" pregunta angustiada. Este es el testimonio de una persona que sufre una enfermedad mental, pero como ella miles de personas en Canarias y millones en el mundo recuerda la Asociación Canaria de Neuropsiquiatría (ACN) con motivo hoy del Día Mundial de la Salud Mental.Desde esta organización destacan que con este Día, impulsado por la Organización Mundial de la Salud, se quiere convertir la Salud Mental en una prioridad global, ya que "una de cada cuatro personas en el mundo padecerá una enfermedad mental en el plazo de unos años", destacan.
"Las políticas o planes están presentes en sólo dos tercios de los países desarrollados, en los países de bajos ingresos esta proporción es la mitad", apuntan. A esto además hay que unir que "el número de profesionales de Salud Mental en las grandes ciudades es cinco veces mayor que en las áreas rurales, porque generalmente los hospitales mentales se concentran en ellas".Con respecto a Canarias, la Asociación Canaria de NeuroPsiquiatría (ACN) denuncia el recorte presupuestario del estado, en inversiones sanitarias para las islas, afectando significativamente al desarrollo y consolidación de la red publica de atención psiquiátrica y de los planes insulares de rehabilitación Psicosocial.
"Reclamamos una ratio de cobertura por equipo de atención psiquiátrica de 40.000 habitantes, la mejora de las infraestructuras de las unidades de salud mental y que estos equipos presten atención en los centros de atención primaria, así como, la revisión y ejecución del Plan de Atención a la Discapacidad (PAD) en cada una de las islas", denuncian. Pero a estas carencias, añaden el estigma y la discriminación que sufren las personas con trastornos mentales, originados en gran parte porque "tememos padecer esta enfermedad, no conocemos estas patologías, y además tenemos creencias erróneas sobre las personas que la padecen como que son violentos, vagos, incompetentes en el trabajo e incapaces de asumir la responsabilidad que conlleva una familia, y esto lleva muchas veces a no querer que vivan cerca de nosotros, ni en los colegios con nuestros hijos, ni trabajando codo a codo". Esto es lo que le ocurre a Isabel quien cuenta que "no duermo desde hace 3 meses. Su hijo de 12 años, enfermo mental desde los 6, toma hasta 6 pastillas diarias y lleva 3 meses durmiendo poco. Si él no duerme, yo tampoco.
No sabe que va a ser de él el próximo año, el colegio tiene aulas para educación especial, pero hasta esa edad. Trabajo limpiando casas y si no trabajo no como. Las otras madres la ignoran, la miran mal, le hablan mal, su hijo diferente les produce miedo y rechazo como una infección. ¿Qué hago, donde pregunto, que recurso es el mejor para él, cuánto tiempo resistiré? comenta con ojos cansados y tristes".
La crisis financiera que golpea los mercados, pero también al ciudadano de a pie por su impacto en el empleo y el consumo, entre otros, repercutirá en la salud mental de las poblaciones y provocará un aumento de casos de estrés, depresión y desórdenes mentales. Así lo señaló ayer la directora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Margaret Chan, al lanzar un programa internacional que busca mejorar el acceso a los tratamientos de enfermedades mentales, neurológicas y aquellas provocadas por el consumo de drogas y alcohol. "La pobreza y el estrés que la acompaña a causa del desempleo, la violencia, la exclusión social y la inseguridad constante están muy relacionadas con el origen de los desórdenes mentales", declaró.
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