2011/07/04

Delegado español: Hay que hacer de la violencia de género un problema político


PATRICIA VILLARRUEL | MADRID, España
La cuarta inmigrante ecuatoriana víctima de violencia de género en España en lo que va del año murió la madrugada del domingo en Zaragoza. El crimen lo presenció su hijo de apenas diez años.

El homicida nació hace 30 años en Ecuador. Y de este país también procede el presunto autor del asesinato de una mujer española en la localidad guipuzcoana de Hernani. Era su ex pareja sentimental.

Miguel Lorente, delegado de Gobierno para la Violencia de Género, aborda en esta entrevista con Diario EL UNIVERSO, la preocupación de la Administración porque la proporción de mujeres fallecidas y agresores extranjeros (un 30%) está “sobrerrepresentada” si se compara con el peso demográfico de la población foránea (11,3%).

P: ¿Qué factores son los que inciden en esta sobrerrepresentación?
R: Está el factor cultural, similar al de los españoles, y que tiene que ver con hombres que manejan la idea de que pueden imponer y decidir por las mujeres. En lo social, la velocidad de integración es asimétrica entre mujeres y hombres extranjeros.
Las primeras se integran más rápido e incorporan mensajes y valores de la sociedad de acogida como las críticas a la posición de dominio del varón. Si ya existe violencia, esta se incrementa porque el agresor percibe que pierde poder.
El hecho de que además se vea cuestionado por el entorno que frecuenta lo vive como una ofensa mayor y puede aumentar el grado de violencia.
Por último, está el factor demográfico. Las edades en las que se produce más violencia van desde los 21 a los 49 años y es ese tramo al que pertenece la población inmigrante que viene a trabajar. El 46 por ciento de la población española está en ese margen. En la extranjera supone el 65%.

Pregunta: ¿Incide la ingesta de alcohol?
R: Es un factor secundario. No produce la violencia, la intensifica.

P: ¿Desde la Administración cómo se está trabajando para atajar este problema?
R: A través del Plan de Atención Integral se ha primado la designación de recursos para atender a población extranjera mayor de 15 años. Los resultados se ven. Mientras en 2008 el 44% de víctimas mortales eran extranjeras, desde el año siguiente el promedio ronda entre el 27 y el 30%.

P: ¿Qué medidas específicas se han adoptado?
R: Se han realizado campañas específicas y en medios dirigidos a la población inmigrante. El teléfono de información (016) atiende en 51 idiomas. Se efectuaron modificaciones en la Ley de Extranjería para que las mujeres indocumentadas no se sientan intimidadas a la hora de denunciar.
Lo que tienen que entender es que los recursos están preparados para asistir a quien lo requiera independientemente de su situación legal. En el Foro Confluencias hay un espacio para asociaciones de inmigrantes donde se debate y se trabaja en la prevención de la violencia y la promoción de la igualdad.

P: ¿Y las mujeres denuncian más?
R: Va por periodos. Siempre en el último trimestre del año hay un descenso. Si bien existe una crítica mayor a la violencia de género, no siempre la denuncia se considera como una opción. Hay mujeres que prefieren separarse antes que denunciar. Y otras que retiran las denuncias porque influye lo que dice el entorno, se piensa que se hace algo mal al denunciar a la pareja o al padre de los hijos.

P: ¿Se puede trazar un perfil de la mujer extranjera víctima?
R: No hay un perfil, pero se puede decir que está entre los 20 y 35 años, tiene hijos y es trabajadora. Esto es habitual en mujeres españolas y extranjeras. Lo que cambia es la forma de ejercer la violencia, más impulsiva si el agresor pertenece a un nivel social más bajo. Si es de un estatus más alto en lugar de golpear lo que hace es controlar sicológicamente.

P: En el último caso de una ecuatoriana fallecida, su hijo presenció el asesinato. ¿Qué tipo de trabajo se realiza con estos menores?
R: Las Comunidades Autónomas tienen a su cargo la tutela de los menores. Depende de las circunstancias. Si no tienen familia, se actúa para que venga algún pariente y luego retornen al país de origen donde disponga de una red familiar.

P: La lucha contra la violencia de género en España es un referente para otros países. ¿Cuál es la receta?
R: No es fácil. Está costando mucho. Hay que hacer de la violencia un problema político de primer orden. La desigualdad es algo que mina la esencia de una sociedad y democracia.
Es fundamental la implicación de los medios de comunicación para que no se normalice la violencia de género, no se hable de crimen pasional ni se utilice el alcohol como excusa. Todo esto debe acompañarse de un verdadero compromiso social, debe fomentarse la movilización para que se critique y se señale a quien ejerce la violencia.

P: ¿Qué valoración le merece el plan que ha puesto en marcha la Embajada de Ecuador en España para atajar la violencia en el colectivo inmigrante?
R: Es importante y positivo que exista esa implicación ya que en ocasiones hay más confianza en las instituciones del país de origen que en las del de acogida.
La Delegación contra la Violencia de Género contribuirá con formación sobre las directrices de lo que es la violencia de género, los recursos que existen para prevenirla y salir de ella.

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